El modus operandi de los socios del poder político en la Argentina:los
kirchneristas no dejan documentos por escrito, de hecho las caras de los
empresarios K casi no aparecen en público; pero los hechos comenzaron a
regularizarse en Santa Cruz, sistematizarse en Buenos Aires y volverse
prácticas habituales a nivel nacional.
Lucio Di Matteo cuenta por qué no se trata de movimientos económicos
aislados sino de un cuidadoso plan instrumentado por uno de los
presidentes más ambiciosos desde Perón.
Los cuatro empresarios que protagonizan este libro participan de
negocios relacionados con el Estado. Enrique Eskenazi con el petróleo,
bancos, construcción y bodegas, entre otros. Cristóbal López con el
juego (los casinos y el hipódromo), y también el petróleo, aunque se
diversifica preparándose para el poskirchnersimo. Lázaro Báez en la caja
grande de la obra pública, el petróleo nuevamente, hotelería y distintas
empresas. Y Rudy Ulloa, ex chofer de Néstor Kirchner, en la caja chica
del multimedios santacruceño, gracias a la generosa pauta publicitaria
del Estado Nacional.
A partir de la argentinización de YPF la metodología comenzó a
vislumbrarse con mayor claridad y surgieron las denuncias de apriete a
empresas extranjeras para que dejen sus activos en manos de la
«burguesía nacional». Ezkenazi, López, Báez y Ulloa muestran una forma
de ejercer el poder en la Argentina y constituyen un ejemplo de las
relaciones entre política y negocios.
